Asi nació la Generación del 27.

Hoy me ha pasado un hecho de los mas curioso, y creo que mi olvidado blog se merece volver a ser lo que siempre debió ser con una buena historia como esta.
Tan campante volvía yo de la playa cual camarón, es lo que tiene olvidarse la crema en casa, cuando decidi tomarme una caña en el Cafe Lanzos. Alli me encontre con gente conocida y no conocida. Sin mas nos juntamos y comenzamos una entretenida tertulia a cuenta de los malos hábitos sexuales de los adolescentes, y terminamos hablando sobre la conveniencia de purgar programas como Operación Triunfo.
El caso es que fue una tarde de estas en las que no esperas gran cosa y te lo acabas pasando estupendamente bien.
No se si algunos de los que allí nos congregamos tengamos la calidad literaria de alguno de los grandes maestros del 27, yo desde luego como ingeniero, no, pero bien es cierto que el espiritu de enriquecimiento mutuo que se respiró era el mismo que el que tenia aquel elenco de escritores que nunca deberían ser olvidados.